Image Alt

Destinations

Qué ver en Mdina

Mdina es una de las ciudades más hermosas de Malta y, al visitarla, es como si retrocedieras en el tiempo. A esos tiempos en los que los caballeros paseaban por sus estrechas y silenciosas calles y tras sus muros se libraban batallas.

De hecho, es una de las ciudades amuralladas de Europa mejor conservadas y cuenta con una rica historia a sus espaldas (se remonta a 4.000 a.C.). Esto se debe a que Mdina está situada en lo alto de una meseta situada en el centro de la isla, por lo que tenía una ventaja defensiva y estratégica muy importante.

Junto a ella, se encuentra Rabat, de la que te hablaré más adelante. De hecho, en un mismo día puedes visitar tanto Mdina como Rabat.

Mdina, la ciudad del silencio

Mdina es conocida como La ciudad del silencio por estar situada en lo alto de una meseta y por sus calles estrellas, que otorgan una aura mágica a toda la ciudad. De hecho, nada más cruzar su puerta y dejar atrás las murallas que la rodean te invade una sensación de paz y tranquilad que nunca había sentido en una ciudad. Vamos, que en absoluto encontrarás el bullicio de La Valletta.

Cuando llegas, lo primero que llama la atención es el puente de piedra que da acceso a la ciudad y su monumental puerta de entrada, construida en 1724 y de estilo barroco. Además, verás los carruajes esperando a turistas que no quieren caminar… Mi opción, por su puesto, es la de caminar. Además, no es una ciudad grande.

Juego de Tronos – En Malta se rodaron varias escenas de Juego de Tronos y Mdina fue el Desembarco del Rey en las primeras temporadas. Te darás cuenta en la misma puerta de Mdina, que es la puerta por la que Catelyn Stark entra a caballo en Desembarco del Rey, acompañada de Ser Rodrik. Además, en la Plaza Mesquita de Mdina encontrarás el burdel de Meñique y el Convento Santo Domingo es el jardín de la Fortaneza Roja. Aquí Ned Stark le dice a Cersey que sabía el “origen” de sus hijos.

Qué ver en Mdina

Mdina es una de las ciudades más hermosas de Malta y, al visitarla, es como si retrocedieras en el tiempo. A esos tiempos en los que los caballeros paseaban por sus estrechas y silenciosas calles y tras sus muros se libraban batallas.

De hecho, es una de las ciudades amuralladas de Europa mejor conservadas y cuenta con una rica historia a sus espaldas (se remonta a 4.000 a.C.). Además, ten encuenta que Mdina está situada en el centro de la isla, sobre una meseta, por lo que tenía una ventaja defensiva y estratégica muy importante.

Junto a ella, se encuentra Rabat, de la que te hablaré más adelante. De hecho, en un mismo día puedes visitar tanto Mdina como Rabat.

Un poco de historia de Chefchouen

La historia de Mdina se remonta a más de 4.000 años. Fue fundada en el año 700 a.C. y gracias a su posición estratégica se convirtió en la capital de Malta hasta 1530. Durante el periodo romano, Mdina fue rebautizada como Citta Vecchia (Ciudad Noble).

También es importante destacar que Mdina puede reivindicar los orígenes de la Cristiandad en Malta, ya que fue allí, en el año 60 d.C., donde se cree que vivió el apóstol San Pablo después de haber naufragado en las Islas.

Una historia en la que Mdina ha estado habitada por fenicios, romanos, árabes y por los Caballeros de la Orden. Estos últimos fueron los que construyeron la mayor parte de los edificios que permanecen en pie hoy en día. Sin embargo, la configuración de la ciudad es tipiadora de las ciudades árabes, con calles estrechas que se entrelazan entre sí.

Seguro que ya estás preguntando ¿por qué Chefchaouen es azul? Lo siento pero no hay una respuesta clara. Y mira que se lo pregunté a varias personas. Unos dicen que comenzaron a pintarlas de ese color para espantar a las moscas y los mosquitos, para otros fueron los judíos quiénes a partir de 1930 empezaron a pintar puertas y fachadas para reemplazar el color verde del Islam y, para los más románticos, una vez el cielo y el mar se unieron con el fin de crear este oasis de calma y libertad.

Eso sí, para mantener ese azul intacto, cada año tiene lugar la Laouacher, una fiesta en la que los habitantes de Chefchaouen salen a las calles, con toneladas de pintura blanca y azul, para limpiar y encalar.

Por tanto, no hay una respuesta concreta pero ya te aviso que esas tonalidades de azul te atrapan tanto que en cada rincón te detendrás para hacer fotos, admirar las puertas y ventanas y ese contraste con los maceteros y flores. Ya te aviso que si te gusta la fotografía no te cansarás de hacer fotos porque yo en un día en Chefchouen me acabé una batería.

Cómo llegar a Chefchaouen

Situada al norte de Marruecos, en las montañas del Rif, lo habitual es llegar a desde Tetuán (una hora de viaje) para pasar un día en Chefchaouen. Sin embargo, yo lo hice desde Fez y, aunque el viaje en coche fue una paliza, mereció mucho la pena. Para que te hagas una idea, desde Fez son 211,6 kilómetros (unas tres horas y media en coche).

En mi caso, como digo, lo hice con el conductor que me llevó a recorrer rincones increíbles por Marruecos. De Chefchaouen luego nos fuimos a Volubilis y Meknes para luego adentrarnos en el desierto. Si quieres hacerlo con conductor escríbeme y te daré encantada su contacto.

Llegar a Chefchaouen desde Tetuán:  

El aeropuerto más cercano es el de Tánger, a 120 kilómetros. Desde el aeropuerto podéis contratar un taxi para que os lleve por unos 600 dírham. Desde Tánger, pasando por Tetuán, son 2 horas y media de viaje. La carretera es muy buena.

También puedes ir en autobús. Es la opción más económica (40 dírham que son unos cuatro euros). La estación de autobuses está en la Nouvelle Ville (ciudad nueva) así que si estás lejos tendrás que pillar un petit taxi. En este enlace encontrarás los horarios de la compañía: http://www.ctm.ma

Llegar a Chefchaouen desde Fez:  

El viaje es más largo (4 horas y media) y la carretera está en peores condiciones pero es también una opción bastante común entre los viajeros. Como digo, yo llegué desde aquí.

En autobús. En este caso el trayecto dura 4 horas con una parada para descansar de 25 minutos —hay cuatro salidas al día tanto de ida como de vuelta—. La ruta la hacen autobuses de la compañía CTM y el billete cuesta 75 dírham (unos nueve euros) por trayecto pero a ese precio le tienes que añadir el equipaje, que son 5 dírham por bulto.

Es cierto que viajar en autobús es la opción más económica, pero dependes de los horarios y puede ser algo más engorro. Además, si solo vas a estar un día en Chefchaouen es mejor que lo inviertas en la ciudad y no viajando. Por tanto, creo que es mejor coger un Grand taxi o alquilar un coche.

Mi consejo – No me cansaré de decirlo. No te agobies mirando el móvil para no perderte porque así no podrás disfrutar de la medina y de sus rincones. Seguro que pasas mil veces por el mismo sitio pero con la luz y el ajetreo de la ciudad todo cambia en cuestión de segundos. Si solo estás un día en Chefchaouen debes disfrutarlo a tope, dejándote perder por sus callejuelas.

Qué ver en Chefchouen

Plaza Utta el-Hamman

Un día en Chefchaouen debe comenzar aquí. La plaza de Utta el-Hamman está siempre llena de vida porque aquí hay un montón de restaurantes y cafeterías en los que tomarte algo. Sí, también puedes tomarte un té con menta.

En esta misma plaza está la Kasba (o castillo) y la gran mezquita.

La Kasba - Se trata de una fortaleza medieval amurallada por sólidos muros rojizos y con la torre del homenaje destacando a la derecha.

El precio de la entrada son unos diez dírhams y lo más atractivo de la visita es el jardín, la Torre del Homenaje, donde están las antiguas celdas de la prisión. Si subes a la torre tendrás unas bonitas vistas de la ciudad.

Honestamente, si no dispones de mucho tiempo yo descartaría la visita.

La Gran Mezquita - Se encuentra pegada a la kasbah y data del siglo XV. Como supondrás solo se puede acceder si eres musulmán.
Lo que más me llamó la atención es su minarete porque tiene forma octogonal (algo poco frecuente).

La Medina de Chefchaouen

La joya de la corona. Todas las veces que entré lo hice por la puerta que está al lado de la plaza de Uta El Hamman, ubicada entre los restaurantes. De todas maneras, tienes hasta diez puertas para adentrarte en este laberinto de calles y callejuelas serpenteantes.

Te encontrarás a muchos turistas así que mi consejo es evitar la calle principal y desviarte por las calles que nacen de ella para encontrar rincones increíbles y la vida real de Chefchaouen: los gatos campando a sus anchas, los niños jugando en las escaleras, los vendedores en sus sillas esperando a que les preguntes… No te cortes y entra en los pequeños bazares, muchos de ellos repletos de ungüentos, hierbas mágicas… ¡Ah! Y no te asustes si te preguntan si quieres hachís, es bastante habitual por aquí.

Plaza el Hauta

Para que te ubiques, esta plaza está cerca de la Gran Utta -el-Hamman pero a mí me gusta mucho más. En el centro hay una fuente monumental utilizada siempre por los habitantes y las veces que pasé no habían muchos turistas.

En esa misma plaza hay una terraza con las sillas de colores donde puedes tomarte unos crepes de chocolate buenísimos. De hecho, confieso que mi segundo día en Chefchaouen lo empecé aquí desayunando.

Otra opción es sentarte en los bancos —quizá tienes que quitar algún gato— y disfrutar del ambiente relajado de la plaza.

La que mira a los cuernos

Si te sitúas frente a la fuente entiendes por qué Chefchaouen significa “la que mira a los cuernos” pues desde este punto se ven cómo los montes Tisouka (2.050 metros) y Megou (1.616 m.) se elevan por encima del pueblo como dos cuernos.

La Fondouk

En Chefchaouen se conserva un Fondouk (muy cerca de Utt- el- Hammam), que es un lugar de acogida de mercaderes que vendían sus productos después de un largo viaje. Hoy todavía se conserva con esa esencia y en la parte inferior puedes ver unas dependencias en las que trabajan los artesanos y la parte superior tiene habitaciones para los comerciantes que quieran descansar, al igual que en los últimos cinco siglos.

Si tienes ocasión, asoma la cabeza y entra porque en su interior verás una gran cantidad de objetos abandonados, herramientas y máquinas. Cuando fui había una moto que a saber cuándo fue la última vez que se arrancó.

Ras el maa

Saliendo de la medina por la puerta más oriental (Bab el Onsar) se accede al río Oued el Kebir, donde se sitúa el manantial de Ras el Maa que brota en forma de cascada de la ladera de la montaña con un agua tan fría y cristalina que los dientes se pueden romper —o eso me dijeron—.

Al llegar verás a mucha gente intentando venderte sombreros y refrescos (los tienen en el lago). Me llamó mucho la atención porque hay un par de cafeterías y las sillas están sobre el agua, lo que hace que estés más fresquito. Yo no me senté porque soy una friolera.

Lo noté un poco turístico porque si vas bien temprano, cuando los turistas todavía duermen, puedes ver a las mujeres lavando sus ropas en el lavadero. Si vas te mirarán con recelo para que no les hagas ninguna foto.

El Plan: Subir a la ermita de los españoles

La mejor hora para realizar la excursión es por la tarde, cuando
El ascenso se realiza desde el manantial de Ras el mar. Desde ahí parte un camino que te lleva a la ermita. No es muy comarcado

Para subir a la mezquita española debes ir hasta el manantial de Ras el mar. Una vez ahí cruzas el río por el puente (kantara) y a tu derecha encontrarás un camino que te lleva a la mezquita. No hay pérdida porque está bien señalizado y es en línea recta, nada de desvíos. Además, seguro que encuentras a muchas más personas haciendo el camino.

Llegarás a la colina en unos 15 o 20 minutos y verás las ruinas de la pequeña mezquita Jemaa Bouzafar, también denominada mezquita española porque fue construida por los españoles. Es curiosa porque tiene planta octogonal y, según me contaron, está inspirada en la Torre del Oro de Sevilla. Pero solo inspirada, no creas que encontrarás una réplica.

El mejor lugar para ver la puesta de sol

Si tienes oportunidad ves por la tarde para admirar la puesta de sol. Eso sí, no te entretengas mucho en la subida o viendo la mezquita porque si te duermes te encontrarás que ya no hay sitio en el muro para contemplar la puesta de sol. Como digo, es una de las cosas que ver en un día en Chefchaouen.

Además de las vistas es un momento mágico porque la llamada a la oración resuena por todo el valle mientras el sol se va escondiendo y tiñendo de naranja el lugar. Son unos segundos porque, luego, las luces de las casas se van encendiendo y todo vuelve a la paz de antes.

Consejos para subir a la ermita de los españoles
  • Lleva agua: Es fundamental que no te olvides de poner en tu mochila una botella de agua para hidratarte. Cuando yo fui había un chico vendiendo agua pero a precios de turista y la cola era bastante larga. Y no te fíes porque se puede quedar sin botellas y bajar a la ciudad a por más.
  • Linterna: Si te gusta la fotografía te quedarás hasta tarde haciendo fotos así que la bajada puede resultar algo peligrosa (sobre todo si uno hay luna). Si no tienes linterna, antes de subir carga la batería del móvil y usa la linterna del móvil.
  • Antimosquitos: Al atardecer es cuando hay más mosquitos así que si te olvidas el antimosquitos te vas a arrepentir bastante… ¡Quién avisa no es traidor!
Preguntas frecuentes de Chefchouen

1. ¿Cuántos días se necesitan para ver Chefchaouen? – Muchas personas optan por hacer la excursión de un día en Chefchaouen desde Tanger pero mi recomendación es que durmáis un día para poder disfrutar bien del lugar y cuando hay menos turistas.

Yo estuve un día y medio (hice noche) y no me hubiera importado hacer una noche más para disfrutar de los alrededores.

2. ¿Es una ciudad segura? – Absolutamente sí. La gente es muy amable y más hospitalaria que en otras ciudades de Marruecos. Al menos es la sensación que tuve después de estar en Fez y Meknes.

3. ¿Cuándo viajar a Chefchaouen? – El calor en verano suele apretar bastante en Marruecos así que lo mejor es viajar en los meses de abril, mayo junio, septiembre, octubre y noviembre. Las temperaturas en estos meses tienen una media de mínimas de 9 grados y máximas de 28 grados. Yo fui a principios de junio y la verdad es que no pasé mucho calor.

Post a Comment

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit sed.

Follow us on